viernes, 12 de octubre de 2012

VIDA DE FERDINAND LASSALLE




Fue un dirigente político alemán, nacido en Breslau, Alemania, el 11 de abril de 1825. Murió a consecuencia de un duelo el 31 de agosto de 1864, cerca de Ginebra, Suiza.

Estudió en Breslau y Berlín, donde fue influido por el Hegelianismo. En 1845 tras su estancia en París se afilió a las liga de los justos y entabló contacto con el socialismo francés. En 1849 conoció a Marx; fue su discípulo y aunque sostuvieron correspondencia, gradualmente se desentendieron. Participó activamente en el frustrado movimiento revolucionario de Dusseldorf, 1848-1849, adelantado por la clase media liberal que propugnaba por una monarquía constitucional que otorgaba los derechos civiles y las libertades de asociación y de prensa. Tras su encarcelamiento se apartó de la lucha activista hasta 1859.

En su estudio filosófico Heráclito el Oscuro, 1857, al igual que en un sistema de derechos adquiridos, 1861 se conserva más fiel Hegelianismo que a Marx. En la Guerra Italiana y la Misión de Prusia, 1859, exaltaba la unificación alemana, expresaba sus esperanzas en Bismarck y su oposición a la guerra franco alemana. La aportación teórica de Lassalle recogida en sus folletos y discursos políticos fue ínfima; no obstante, ha sido difundida su obra. ¿Qué es una Constitución? con los textos de las dos conferencia que Lassalle dictó en Berlín en 1862, cuyo tema central lo dejaba entrever como un gran propulsor de las realidades y de los alcances de las políticas constitucionales.

Su tesis sobre la táctica revolucionaria que debía seguirse era totalmente opuesta a la preconizada por Marx y Engels: Marx estaba con la burguesía en contra del Estado prusiano, mientras que Lassalle estaba dispuesto a ponerse al lado del Estado prusiano en contra de la burguesía. Esta diferente estrategia encerraba una divergencia teórica fundamental acerca del Estado y del valor del sufragio universal, que Lassalle consideraba medio eficaz para transforma en instrumento de la Democracia, que justipreciara los derechos de las clases humildes y trabajadoras, generadoras de riqueza, como algo más que estupendos caballos de tiros.

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